martes, 2 de marzo de 2010

El irse

"- ¡Ah, la inteligencia es el mal!... Comprender es entristecerse; observar es sentirse vivir... Y sentirse vivir es la muerte, es sentir la inexorable marcha de todo nuestro ser y de las cosas que nos rodean hacia el océano misterioso de la Nada..."

Miraba a la calle entre los visillos ahumados de aquel salón barroco y veía asomar un rayo de sol cegador que impedía ver la vida de fuera. Estaba nublado, pero aquel rayo persistía en su propósito de iluminar aquel final.
La luz tenue de la lamparita ayudaba a envejecer la foto.
Tumbado en aquella cama ancha en la que era imposible el acurrucarse, pensaba en una libélula, sí una libélula... que vive un par de días y es feliz, que es capaz de volar, nadar, andar... ¡Ella sí que es dueña del mundo! ¡La tierra es su patrimonio! vive dos días y no tiene nada más... Y a su vez echaba la vista atrás y veía todos los esfuerzos que había realizado desde niño por el mero hecho de SER. "Ser y no saber nada y ser sin rumbo cierto..." Aquél verso nicaragüense le atormentaba a cada instante, pretendía ser el emblema final de la realidad conocida y le impedía saborear los últimos momentos del camino. Era incapaz de deleitarse con la conversación de su compañero, aquel compañero que había colaborado a hacer la vida más dulce: los paseos de invierno, las caminatas veraniegas buscando la explanada más grande donde corriese un poco de aire, las charlas hasta el amanecer a la luz del quinqué roto, los innumerables cigarros en la puerta de casa antes de marchar...
Ahora todo eso no valía, ya no existiría más, por fin se liberaría de aquella tierra yerma, que le hastiaba, a la que tanto había maldecido, a la que amaba y a la que detestaba...
Mientras pensaba todo esto, y denostando por última vez la idea de ver la calle, se fijó en el cuadro que colgaba en el salón. El mar, el infinito y misterioso... Por un instante olió la sal y respiró hondo...
Si hubiera aguantado un poco más, hubiera podido sentir la brisa que corría por el acantilado.

3 comentarios:

  1. que pena doy... dos entradas y las dos de muertes... que pena... Pero da igual, todo se hace más ameno escuchando la música que le he puesto a mi pecera... parece la sintonía de Supervivientes o la BSO de Tarzán... a mí me mola...

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  2. Chechu, ¡pero qué bien que me escribes! Oy, oy, oy.... Vivan los "dinosaurios" y los cafeses a deshora.
    Lo de "Retroceso" es por las mañana en Clermont, sólamente eso...
    Besitos. Y un poco de alegría en la pecera!!!!! ;)

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  3. alegría en la pecera de qué??? echarle de comer a los pobres míos, hombre! eso es lo que hay que hacer! que me los tenéis desmayaos

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